El genial checo Jan Svankmajer, nos regala aquí un colosal minuto de animación en el campo que domina a su antojo, el stop-motion, es imposible ofrecer más en menos tiempo, un minuto y siete segundo inundados de imaginación, rebosante de ingenio, de inteligencia y de humor negro.
Hay quien puede entenderlo como un hermoso alegato en contra de comer carne y una oda a los vegetarianos, pero otro puede entender que si salen dos lechugas y le pones ese final sería todo lo contrario.
En muchos de sus trabajos Jan deja entrever su visión triste de este mundo y no deja lugar a la esperanza; cineasta que ha influenciado a surrealistas directores contemporáneos como Tim Burton o Terry Gilliam.
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